Mensajes recibidos por

María Matea

1991

30 de diciembre de 1991

 

HABLA SOBRE LA AUTÉNTICA PACIENCIA POR AMOR A ELLA, Y LA IMPORTANCIA DE SOPORTAR ATAQUES, HUMILLACIONES Y SUFRIMIENTOS POR AMOR A DIOS.  DE LA PENITENCIA AL MORTIFICAR LA CARNE CALLANDO Y DE CÓMO COMBATIR NUESTRA PROPIA CARNE.  SÓLO LOS PROBADOS EN LA ADVERSIDAD PUEDEN CONDUCIR SUS REBAÑOS Y LA FUERZA SE OBTIENE DE LA ORACIÓN

 

LLAMA A SU PEQUEÑO REBAÑO

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EL QUE CONDUCE ALMAS EN ORACIÓN A CONFIAR EN ELLA Y A SER PACIENTES, OBEDIENTES A LAS AUTORIDADES DE LA IGLESIA Y PIADOSOS EN LA ORACIÓN DE CONTEMPLACIÓN

 

Mensaje de Nuestro Señor dirigido a los videntes:

 

“Mis amados hijos: escuchad porque hoy es tiempo de escuchar.  La paciencia es una virtud por la que se santifican las almas.  El que sufre en su corazón con paciencia por amor a mí, alcanza la corona de glorias y bendición.  Mirad, hijos míos:

 

a veces vosotros soportáis los ataques, humillaciones y sufrimientos que os vienen de muchas personas; pero de aquellos que están más cerca de vosotros no aceptáis ni una mirada indiferente.  Hijos míos, que en vuestra oración no haya quejas, no haya sufrimiento.  No esté en el pensamiento la frase de que de cualquiera acepto lo que sea, menos de éste o ésta, porque todos son mis hijos.

 

La auténtica paciencia está en aceptar el dolor, venga de quien venga.  El verdadero amor está en soportar todo, en amar todo, en vivirlo todo por amor a Dios.  Mirad, hijos míos, mirad.  Yo sé que este año estaréis de fiesta porque mi Madre hará fiestas celestiales entre vosotros, pero mortificad el espíritu en aras de lograr la perfección y la salvación de muchas almas que dependen de vuestros amorosos sufrimientos.  Aprestaos al combate y a la lucha.  No contra otros de vuestros semejantes porque no habéis sido llamados a esto, sino a sembrar amor.

 

Aprestaos al combate contra vuestra propia carne.  Os baste mi gracia para perseverar en el amor y triunfar.  La conducción de las almas sólo la logran los pastores, que, probados en adversidad, saben salir adelante, y sacan adelante al rebaño.   Por eso alegraos cuando os visite la adversidad, pues ahí tenéis la dicha inmensa que sólo los grandes Santos lograron aprovechar: agradar a Dios sufriendo con alegría por dar gloria a su Creador.

 

En todo caso nadie sufrirá hasta derramar sangre.  Nadie llorará ni sudará sangre, por grande que os parezca la tribulación.  Recordad que tendréis día a día la presencia de mi amantísima Madre.  Ella os guiará a puerto seguro.  Vayan seguros mis pastorcillos porque a mi Madre, nadie ha logrado vencer.  Ya Ella está parada sobre la cabeza de la serpiente.  Ya Ella señala con su dedo al dragón y a la bestia que os quieren devorar.

 

Nadie os vencerá, nadie os perderá porque yo también estaré con vosotros.

 

Reciban mi Santa bendición de gracias, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

 

Después de que el Señor se fue, apareció la Santísima Madre y le pregunté: Madre, ¿qué quiere que hagamos?  Ella me miró, se sonrió y dijo:

 

“Haced lo que Él os diga.  Estad más cerca de mi Corazón Inmaculado en la oración, pues hay gracias que sólo ahí se reciben.

 

Sed más piadosos en la contemplación, sed pacientes y obedientes a las autoridades de la Iglesia.

 

Hijos míos que habéis empuñado el escudo de la defensa de la Iglesia Santa Católica y Apostólica, mi gracia, la de mi Divino Hijo Jesús, la bendición del Padre, la unción de Dios Espíritu Santo y mi compañía defensora estará con vosotros.  Pues este es el año en que se atacará directamente a Dios por sus designios, en otras palabras, por ser Dios entre vosotros.  Vaya mi pequeño rebaño confiado en su Madre.  Todos mis hijos debéis de orar por esta intención y por todas mis intenciones.  Este año en especial tendréis dos grandes regalos de gracia y bendición.  Hijitos míos, yo estaré como de fiesta y el Padre os dará dos grandes gracias a través de mí.  Loado sea mi Dios por siempre y para siempre”.

 

#Penitencia   #Obediencia   #Consuelo