Mensajes recibidos por

María Matea

1988

3 de junio de 1988

HABLA SOBRE EL TIEMPO DE MISERICORDIA Y SEÑALES DE

LOS TIEMPOS

“Oh mis amados hijos del mundo.  El tiempo de la misericordia ya casi acaba.  Orad, mis pequeños, pidiendo con ruegos y súplica continua por la salvación de los pecadores.  Suplicad para que haya más pequeñas piedrecitas sobre las que se ha de levantar la construcción del Reino de los dos Corazones.  Necesito cada día más hijos míos que quieran orar por la conversión y salvación de toda la humanidad.  En especial, bendición recibirán mis hijos que a diario recuerden este propósito en el rezo del Santo Rosario y a todas mis criaturas que en mi capilla rezan un Rosario Meditado completo.  Les recuerdo en atención a tanto amor que sois los mimados (mimados = los muy bendecidos) de mi Corazón.

Recordad, después del año Mariano se empezarán a cumplir todos los acontecimientos en lapsos de tiempo corto.  La gran hora de prueba para la humanidad llega.  Para entonces empezaréis a ver el fruto de vuestras oraciones, esfuerzos y sacrificios.  Cuando muchos ante el terror busquen la muerte sin encontrarla, vosotros mis pequeños no temáis, pues estáis en mi corazón y hasta ahí no llegará el castigo.  Sólo en dos lugares, por voluntad divina, serán preservados de tanto sufrimiento por la ira divina mis hijos obedientes: los que se cobijen bajo la luz del Corazón de Jesús y los que estén dentro de mi Inmaculado Corazón.  Pero no penséis con orgullo ante tanto privilegio, pues todo es obra del Divino Amor del Padre.  Orad mucho, mis pequeños, para que sean todos mis hijos los que en esas negras horas sean iluminados por nuestro amor.  Orad porque muchos hijos míos aún rechazan este regalo del Padre de la Gloria. Pedid para ellos el perdón y la misericordia porque no saben lo que hacen.

Id en paz.  Os traigo la paz que mi Divino Hijo da.  Cuando abráis vuestros corazones al dolor de los pecados, propósito de enmienda, confesión y comunión entonces recibiréis esa paz del cielo.

Recibid por ahora mi bendición de Madre que sale de mi corazón adolorido que tanto os ama en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

Madre mía, ¿por qué me parece que está de luto si su vestido es azul? “Oh hija mía, mi corazón de Madre está de luto al mirar estas horas tan negras en que vive la humanidad. Mirad, hija, entre más rápido se establezca la desobediencia al Vaticano, más rápido llegarán las horas de la purificación”.  Se refería al fuego purificador, o sea, la Gran Tribulación.  Y un poco antes Monseñor Lefebvre había ordenado sacerdotes sin la autorización del Vaticano.

Madre, ¿darías tu señal milagrosa al convento antes de la tribulación?  “No, hija, pero sí antes de los 3 días de tinieblas.  Después de que acabe el año Mariano, así como el día sigue a la noche y la noche al día, los acontecimientos y profecías se cumplirán.  Extended mi voz por el mundo pecador, pues cada mensaje lleva la gracia especial de mover los corazones hacia el bien.  Mis amados hijos, mi sola voz destruye la astucia del enemigo al poner en descubierto sus perversos y malignos planes de destrucción y perdición.

Mi amante Corazón Inmaculado triunfará sobre toda herejía y maldad, pero en obediencia, paz, mansedumbre y amor.

Y ahora hija, corre a la misa, ahí os espero, ahí oiréis mi voz.”

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